En el marco conceptual y teórico de la investigación, se presentaron antecedentes que
respaldan la importancia de las actividades motoras finas en el desarrollo del agarre del lápiz en
niños de Educación Inicial. Estos antecedentes incluyen estudios como el de García (2021), que
analizó la calidad de la educación de niños en la educación básica, resaltando la relevancia de
actividades motrices para un mejor control. Lozano (2019) que evidenció la relación entre el
desarrollo grafomotriz y las habilidades previas a la escritura en niños de segundo grado.
Asimismo, Huepp et al. (2021) que destacaron la importancia de la intervención para fortalecer
la motricidad fina desde edades tempranas, proporcionando una guía de estudio con ejercicios
lúdicos.
En lo que respecta a las actividades motoras finas Ferrales (2019) destacó que estas se
basan en movimientos o manipulaciones guiadas por la vista, requiriendo destreza y coordinación
viso-manual. La precisión en estos movimientos es esencial, ya que, como señala Sánchez et al.
(2019), la motricidad fina está intrínsecamente ligada al movimiento, y su desarrollo afecta
directamente la evolución educativa del niño. La importancia de estas actividades en el nivel
inicial radica en que permiten a los niños adquirir destrezas de coordinación desde temprana
edad, beneficiando su adaptación a diversas actividades educativas, Sánchez et al. (2019)
mencionó que la motricidad fina involucra actividades que demandan precisión y coordinación,
preparando al niño para participar plenamente en cualquier área de estudio, gracias a la armonía
en sus movimientos.
La participación de las familias en la estimulación de la motricidad fina es crucial, según
Sánchez et al. (2019) y Salinas (2023), además sensibilizar, comprometer y preparar a los padres
para intervenir en la educación de sus hijos mejora el desarrollo del proceso de enseñanza-
aprendizaje tanto en la escuela como en el hogar. Un buen desarrollo motriz fino contribuye a
habilidades autónomas, asegurando la independencia del niño en sus tareas.
El sistema psicomotor juega un papel esencial en el análisis del desarrollo de habilidades
en los niños, y los exámenes de salud infantil en edades tempranas permiten identificar
problemas y realizar intervenciones necesarias. Santana (2017) destaca que entre los 2-4 años,
las alteraciones y retardos del lenguaje se hacen notorios, subrayando la importancia de detectar
problemas de aprendizaje, especialmente aquellos relacionados con la alteración motriz.
Por otra parte, la motricidad viso-manual se basa en tareas manuales que involucran la
visión, con elementos clave como muñeca, brazo y mano (Sánchez et al, 2019). Para un
desarrollo efectivo, es esencial la coordinación viso-motriz, realizando ejercicios que combinen
movimientos precisos y coordinación. Actividades como el uso de dedos al pintar contribuyen a
la combinación viso-manual, desarrollando la coordinación con precisión y exactitud.
El correcto agarre del lápiz es fundamental para una escritura adecuada. Pullutaxi (2021)
señala que los dedos pulgares y medio deben sostener el lápiz, mientras que el índice reposa
sobre ellos sin ejercer mucha presión. Un agarre incorrecto puede causar cansancio, dolor y
lesiones. La evolución del agarre del lápiz involucra diferentes tipos de prensión, desde el agarre
palmar inicial hasta el agarre trípode, esencial para lograr trazados y escritura precisos (Sosa,
2021).